El ojo humano, una maravilla de la ingeniería biológica, está lleno de una sustancia gelatinosa conocida como humor vítreo. Esta sustancia, que constituye la mayor parte del volumen ocular, se adhiere firmemente a la superficie de la retina, la capa de tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo. A lo largo de la vida, el vítreo experimenta una serie de cambios naturales que culminan en un fenómeno conocido como desprendimiento de vítreo posterior (DVP). Este proceso, aunque generalmente benigno, es un tema de gran interés en la oftalmología debido a su prevalencia y a la posibilidad de complicaciones graves si no se maneja adecuadamente. Describiremos, líneas abajo, la naturaleza del DVP, sus causas, síntomas, diagnóstico y las posibles complicaciones asociadas, destacando la importancia de la educación y el cuidado preventivo.
La Anatomía y Función del Humor Vítreo
Para comprender el desprendimiento de vítreo, es fundamental entender la función del humor vítreo. Compuesto principalmente por agua, colágeno y ácido hialurónico, el vítreo desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la forma del ojo y en la protección de la retina. Al nacer, el vítreo es un gel uniforme y denso. Sin embargo, con el paso del tiempo, el proceso de envejecimiento provoca que el ácido hialurónico libere moléculas de agua, lo que hace que el gel se licue. Este proceso, llamado sinéresis vítrea, crea pequeñas cavidades llenas de líquido dentro del humor vítreo. Simultáneamente, las fibras de colágeno se agrupan, formando hebras gruesas que flotan libremente dentro del ahora más acuoso gel. Es esta degradación gradual lo que sienta las bases para el DVP.
Causas y Síntomas del Desprendimiento de Vítreo Posterior
La causa principal del DVP es, sin duda, el envejecimiento. Se estima que más de dos tercios de las personas mayores de 65 años experimentan este proceso. Otros factores de riesgo incluyen la miopía alta, la cirugía de cataratas, los traumatismos oculares y la inflamación ocular. A medida que el humor vítreo se licúa, su volumen disminuye, y las fibras de colágeno que lo anclan a la retina comienzan a separarse. Este proceso de separación generalmente es gradual y, en la mayoría de los casos, asintomático. Sin embargo, cuando la separación ocurre de manera abrupta, puede manifestarse a través de síntomas característicos.

Los síntomas más comunes del DVP son las miodesopsias, también conocidas como «moscas volantes», y los destellos de luz (fotopsias). Las moscas volantes son las sombras proyectadas por las agrupaciones de fibras de colágeno sobre la retina, que los pacientes describen como manchas, puntos o telarañas que flotan en su campo de visión. Los destellos de luz son el resultado de la tracción del vítreo sobre la retina durante el proceso de separación. Aunque estos síntomas pueden ser alarmantes, la mayoría de las veces el DVP no requiere tratamiento y los síntomas tienden a disminuir con el tiempo a medida que el cerebro aprende a ignorar las miodesopsias.
Diagnóstico y Posibles Complicaciones
El diagnóstico del DVP es realizado por un oftalmólogo a través de un examen de fondo de ojo con dilatación pupilar. Este procedimiento permite al médico visualizar la retina en detalle y confirmar la separación del vítreo. En la mayoría de los casos, el DVP es una condición benigna que no afecta la visión de manera permanente. Sin embargo, las complicaciones, aunque raras, pueden ser graves.
La complicación más preocupante es el desgarro de retina. Si el humor vítreo se adhiere con demasiada fuerza a la retina y la tracción es excesiva, puede romper o desgarrar el tejido retiniano. Un desgarro de retina es una emergencia médica que requiere tratamiento con láser para prevenir la acumulación de líquido debajo de la retina, lo que podría conducir a un desprendimiento de retina, una condición grave que, si no se trata, puede resultar en la pérdida de la visión. Otras complicaciones raras incluyen el agujero macular y el edema macular, que pueden afectar la visión central.
Recomendaciones para la Salud Ocular
Revisiones oftalmológicas periódicas: Esta es la medida más importante. Las revisiones regulares, especialmente después de los 50 años, permiten a un oftalmólogo monitorear la salud de tus ojos y detectar cualquier cambio o complicación, como desgarros o agujeros en la retina.
Protección contra traumatismos oculares: Los golpes o lesiones en el ojo pueden precipitar un DVP o causar otras complicaciones. Es crucial usar gafas de protección durante deportes, trabajos de jardinería o cualquier actividad que ponga en riesgo tus ojos.
Control de la miopía alta: Si tienes miopía severa, tu globo ocular es más largo, lo que estira el vítreo y la retina, aumentando el riesgo de desprendimiento. Es importante seguir las recomendaciones de tu oftalmólogo para controlar tu condición.
Atención a los síntomas: Aunque los síntomas del DVP son comunes, un aumento repentino en la cantidad de moscas volantes o destellos de luz podría ser una señal de una complicación grave como un desgarro de retina. Si notas estos cambios, busca atención médica de inmediato.
Recuerda que estas recomendaciones no evitan el DVP, pero son esenciales para mantener una buena salud ocular y prevenir las complicaciones más serias.
Fuente: e-Salud